La vetusta farola de la Plaza de Volta, una reliquia que ya contaba con decenas de años, con un aspecto decadente, llena de óxido, ha sido sustituida por otra más moderna y elegante, con tres brazos. Desde estas páginas ya nos habíamos hecho eco de las quejas de algunos vecinos, que reclamaban su sustitución, para que la plaza estuviera mejor iluminada y tuviera una imagen acorde con los tiempos actuales.
Queda pendiente otra petición, en este caso de más enjundia y dinero. La plaza debería transformarse en una pequeña zona verde del barrio, en vez del aparcamiento en superficie en que se ha convertido en los últimos años. Una placita acogedora, con árboles, bancos, plantas y flores sería un magnífico lugar en el que los vecinos podrían salir a tomar el aire y el sol y disfrutar de la calle.
La propuesta ya se le presentó hace años al Ayuntamiento, sin que haya habido respuesta. Esperemos que, algún año de estos, pueda pasar a ser una realidad.