Feb 16 2009

Papeleras destrozadas

Poco dura la alegría en la casa del pobre, dice el saber popular, y con toda la razón del mundo.

Las papeleras que se habían ido colocando por el barrio desde finales del mes de octubre están siendo destrozadas por esos ya habituales, aunque no por ello menos despreciables, vándalos de la noche, que aprovechan las altas horas de la madrugada para ir destrozando todo lo que encuentran a su paso.

Cuando no han pasado todavía cinco meses desde la colocación de las primeras papeleras, algunas de ellas ya han sido arrancadas de su estructura, algo que no se hace con un simple golpecito, sino que requiere una dedicación y un esfuerzo considerables. Así no hay forma de que la ciudad presente un aspecto digno y apropiado.

Está visto que  para cierta gente no vale ningún tipo de norma de convivencia. El único lenguaje que manejan y entienden es el de la violencia. ¿Qué daño les hacen las papeleras, los contenedores, las cabinas de teléfonos? Está claro que ninguno. Lo único que quieren es destrozar, porque  de esa manera  se divierten. Pobreza mental mayor que esta no la hay. Porque, al fin y al cabo, están destrozando algo que también es suyo, que se paga con sus impuestos.

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