En la esquina de la calle Nueva de San Bernardo con la calle Alarcón se encuentra este balcón, que se desprendió en parte, por lo que hubo que colocar unos andamios y unas vallas para evitar que los viandantes resultaran heridos.

Han transcurrido ya muchos días desde que se produjo el desprendimiento y las vallas, que se suponían provisionales, parece que se van a convertir en permanentes. Además, el resto del balcón que aún sigue en su sitio no parece muy firme, por lo que se podría venir abajo en cualquier momento.

Creemos que ya va siendo hora de que se proceda a desmontarlo en su totalidad, para evitar que ocurra alguna desgracia.

Tras las frustrantes experiencias de los años anteriores, en los que o bien no fue posible salir o hubo que retirarse a medio recorrido, la procesión de la Cofradía del Vía Crucis ha podido salir para realizar su recorrrido procesional por las calles de la ciudad.

Al no ser posible contar con la antigua iglesia de San Blas, la procesión ha vuelto a salir de la Parroquia San Juan de Mata, donde tiene su sede permanente. La Cofradía había habilitado una carpa, por si el tiempo no acompañaba, para poder preparar el paso en condiciones y que no se mojara, como había ocurrido hace años.

El tiempo, en este año, ha acompañado, por lo que el público ha llenado las calles paara presenciar el paso del Ecce Homo, acompañado del paso de los niños, junto con los cofrades y la banda de música.

El Centro «Victoria Adrados», cerrado desde hace meses y que, según los proyectos municipales, será derribado para construir un Centro de Convivencia, junto a un aparcamiento subterráneo, ha sido cedido a la Asociación Española Contra el Cáncer.

Se trata de una cesión de carácter temporal, que sólo durará unos meses, mientras se acondiciona la sede habitual de esta Asociación.

Lo que nos llama la atención es la celeridad con la que se ha procedido a esta cesión, que contrasta llamativamente con la falta de respuesta que hemos tenido las Asociaciones de los Barrios San Bernardo y Oeste, que llevamos reclamando que se nos permita utilizar esas dependencias, sin que hayamos recibido contestación.

Dice la ley que todos somos iguales, pero nos da la impresión, viendo casos como este, que unos son más iguales que otros.