La parroquia San Juan de Mata ha acogido este domingo la tradicional paella solidaria que organiza todos los años con el fin de recaudar fondos para las obras sociales que realizan los PP. Trinitarios en el Tercer Mundo.

Por un módico precio de cinco euros todos los asistentes han podido disfrutar este mediodía de un plato de paella, un trozo de pan, una bebida y un postre.

La recaudación de este año va a destinarse a financiar las obras de carácter social que se están realizando en el Barrio Golondrinas, en la ciudad colombiana de Medellín.

D. Julián Lanzarote parece empeñado en seguir haciendo el ridículo en estos últimos días al frente del Ayuntamiento de Salamanca. Se ve que no tiene mucho que hacer en las postrimerías de su mandato y se dedica a hacerse un poco de propaganda y dejarse ver en los medios antes de pasar a un segundo plano, en el que le será bastante más difícil conseguir titulares y fotos.

En el día de hoy ha presentado, otra vez, el «proyecto» (por denominar de alguna manera esa declaración de intenciones) de Centro Cívico en el espacio que ocupa el «Victoria Adrados». Y, para justificar esta nueva presentación de unas simples dibujos, ha invitado a las Asociaciones del barrio Oeste. Hasta ahora (y creemos que no le va a dar tiempo al Sr. Lanzarote a cambiar los límites del barrio)  el Centro «Victoria Adrados» se encuentra ubicado en el Barrio San Bernardo. ¿Alguien puede entender que se plantee un Centro Cívico en el Barrio San Bernardo y no se invite a ninguna de las Asociaciones y colectivos del Barrio y sí se haga con los del barrio de al lado? Evidentemente no resulta ni lógico ni razonable y muestra, una vez más, el carácter sectario de D. Julián, que sólo invita a aquellos que le bailan el agua. Nos demuestra, de nuevo, que entiende el Ayuntamiento como  su coto particular al que invita a sus amigos, olvidando que, como Alcalde de la ciudad, se debe a todos los ciudadanos, a los que le votan y a los que no, a los que le aplauden y a los que le critican. Porque el Ayuntamiento no es su propiedad particular,  ni puede manejarlo a su antojo.

Esperemos que el nuevo alcalde, tal y como ha proclamado a lo largo de la campaña electoral, entienda la gestión municipal como un ejercicio de democracia donde tengan cabida todos los ciudadanos, no sólo los amigos y, a la hora de desarrollar proyectos, cuente con la gente, escuche sus demandas y esté abierto a las pospuestas que le puedan llegar.