En muchos barrios de Salamanca sufrir un reventón y quedarse sin agua durante casi todo el día no es algo extraño. Que se lo pregunten a los vecinos de San Bernardo, el barrio del Oeste o el Alto del Rollo. Más de 20 averías graves en un año dan buena cuenta de la situación en la que se encuentra la red de distribución de agua de la capital. Pero eso ya se sabía hace tiempo. Tanto como el que lleva privatizado el servicio. Porque habría que recordar que una de las excusas que se utilizó para poner en manos de una empresa el tratamiento y distribución del agua potable en Salamanca fue el elevado coste del mantenimiento y reparación y la necesidad de acometer unas fuertes inversiones para mejorar la red, ya obsoleta en gran parte de la ciudad. El tiempo ha ido pasando y si se ha invertido algo, el ayuntamiento o la empresa, o los dos, no han debido hacerlo de una manera suficiente, porque la situación ha ido de mal en peor.Ahora parece que, ante la evidencia y el berrinche de los vecinos, el ayuntamiento quiere poner en marcha un ambicioso plan, que ya veremos cómo se paga. Mientras tanto, la recomendación del concejal responsable para los afectados es tener paciencia.