En un acto que desprende un más que evidente tufillo electoral, el Alcalde de Salamanca ha firmado un Convenio con los Consejeros de Economía y de Interior de la Junta de Castilla y León por el que la Junta, hasta ahora propietaria del “Victoria Adrados”, cede la parcela al Ayuntamiento de Salamanca para construir en ella equipamiento cívico y un aparcamiento subterráneo.
Con una presentación virtual de un edificio de tipo futurista que nos recuerda proyectos que se quedaron en mera imagen (el famoso tranvía prometido por D. Julián en las anteriores elecciones) se nos plantea una construcción de tres plantas y una plaza ajardinada en la zona delantera, la que limita con la Avenida de Villamayor. Todo ello está presupuestado en más de siete millones y medio de euros.
No deja de ser sorprendente que haya que esperar a la víspera de las elecciones para sacar adelante este acuerdo, que va a permitir la creación de un centro cívico para la zona, propuesta rechazada por el Sr. Lanzarote en ocasiones anteriores y una reclamación de los colectivos sociales de la zona desde hace muchos años.
Resulta también bastante sorprendente que un Alcalde que abandona el puesto en un par de meses presente a estas alturas de su mandato un proyecto en el que no va a tener nada que ver y prometa un rápido inicio de las obras, que no cuentan con ninguna partida económica en los presupuestos municipales de este año 2011.
Tampoco podemos pasar por alto el hecho de que, una vez más, todas estas operaciones urbanísticas vayan ligadas a aparcamientos subterráneos, que parecen ser el único negocio rentable en estas épocas de crisis. La ampliación de la ORA y la reducción progresiva de las plazas de aparcamiento en las calles de la zona contribuirán a hacer más atractiva la adquisición de las plazas que se oferten.
Desde el sano escepticismo que nos proporciona el haber oído muchas promesas en periodos previos a las elecciones para asistir después al olvido absoluto de las mismas, deseamos que esta “promesa” se convierta en realidad y este equipamiento cívico sea una realidad en no mucho tiempo.

La semana pasada la revista Interviu publicaba un reportaje titulado «Emparedados», donde se recogían varios casos en los que los vecinos se han visto literalmente emparedados por las nuevas construcciones que se han levantado junto a sus viviendas. Madrid y Manacor, junto con Salamanca, ejemplificaban los abusos urbanísticos que sufren algunos ciudadanos.

Los vecinos de la calle Alarcón, con la construcción del descomunal edificio en la trasera del Hospital de la Santísima Trinidad, se han visto tremendamente afectados en sus condiciones de vida, lo que ha provocado numerosos problemas de salud entre ellos.

Por otro lado, el programa de Televisión Española España Directo incluía, en su edición del día 4 de marzo, un reportaje sobre el polémico edificio y las consecuencias que, para la salud y condiciones de vida de los vecinos de la calle Alarcón, ha provocado esta construcción. El Ayuntamiento, como de costumbre, se escuda en la supuesta legalidad de las obras y no quiere saber nada de los problemas que el edificio ha provocado a los vecinos.

Esperemos que estos dos reportajes sirvan para que no nos olvidemos de que existe un grave problema en el barrio San Bernardo de Salamanca, un problema  que está muy lejos de haber quedado resuelto y que necesita del apoyo de todos, para conseguir que estos vecinos reciban un trato justo y no se vean pisoteados en su derecho a una vida digna.

Conforme pasaban las semanas, parecía que la prometida poda de árboles en el barrio no iba a tener lugar, pues los árboles ya empiezan a florecer o presentan brotes muy adelantados. Tal y como está de próxima la primavera, parece que ya es un poco tarde para estas tareas, pero se ve que no han podido hacerlo antes.

La empresa encargada de la tarea ha procedido a iniciar las tareas de podado de los árboles y también ha aprovechado la ocasión para cortar algunos de los árboles que se encontraban enfermos o secos, tal y como se aprecia en la fotografía.

Esperemos que, una vez arrancadas las raíces, se planten árboles nuevos en el mismo lugar y no dejemos el hueco vacío, que no andamos precisamente sobrados de árboles y zonas verdes. Aunque, conociendo las prácticas del Ayuntamiento, cualquier día nos lo llenan todo de cemento y evitamos tener que mantenerlo. Puestos a pedir, no estaría de más que nos sembraran algunas plantas en estos espacios libres, para dar frescor a los vecinos en verano y proporcionales unas vistas un poco más agradables.